lunes, 7 de abril de 2014

EDITORIAL

La educación de nuestros hijos es una tarea de todos los días y todos los momentos,  esto ha sucedido así siempre, el pensar que nuestros niños son muy diferentes a como éramos nosotros en la juventud, pareciera ser una condición cultural del hombre, para muestra cito a Sócrates quien hace más de 2400 años se expresaba así de la juventud: “Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros”. A través de la historia las generaciones adultas presionan a las jóvenes y estos se rebelan contra unos valores que posteriormente defenderán e inculcaran a sus hijos. Ahora las culturas más exitosas en esta tarea son las que desarrollan coherencia entre los actores que transmiten los valores a las generaciones más jóvenes y es allí donde nuestra sociedad puede estar en crisis. Lo que decimos en la escuela a veces no se parece a lo que los medios de comunicación expresan y peor aun lo que en muchas familias se cree, no podemos llevar un mensaje coherente si no compartimos entre todos los mismos principios. La escuela debe responder a un modelo de hombre acordado por la sociedad en donde esta se encuentra inmersa.
Nadie tendrá éxito en tratar de formar en algo que no sea compartido por los actores de la educación de nuestros hijos. la escuela, el estado, los medios de comunicación, la familia tendrán que ponerse de acuerdo en principios éticos para que estas generaciones puedan tener coherencia en un mensaje.
La ecología, la familia, la democracia, la responsabilidad social, el respeto, la templanza, son valores que todos parecieran compartir pero que muchas discusiones estériles mediatizan y otros intereses no nos permiten llegar a acuerdos.
Para concluir les escribo alguna frases de personaje celebres sobre la juventud:
No soy tan joven como para saberlo todo. Oscar Wilde 
Si la juventud es un defecto, uno se corrige muy pronto de él. Johann Wolfgang von  Goethe
La mayor desgracia de la juventud actual es ya no pertenecer a ella. Salvador Dalí
Un joven sin alegría y sin esperanza no es un joven auténtico, sino un hombre envejecido antes de tiempo. Juan Pablo II.

SANTIAGO PERERA.

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